No olvidar la lista de la compra...

No olvidar la lista de la compra... No olvidar la lista de la compra... No olvidar la lista de la compra... 

¡ZAS! Sí... efectivamente... ¡me dejé en casa la lista de la compra!

Así que, confiada de mi, y para no reconocer el hecho de que necesito la lista de ingredientes para acordarme de todo,... hice la compra en el mercado. Por cierto, ya os haré una entrada sobre nuestro mercado de barrio, que ¡nos encanta! ^_^

A lo que íbamos...

Intentado disimular, fui pidiendo las cosas que sí recordaba de la receta... la carne, las hortalizas,... Hasta parecía que me había acordado de todo, ¡aleluya!.

Pero, a mitad de camino a casa, recordé la primera de las cosas que me había olvidado... Por suerte, justo a mitad de camino tenemos una carnicería que no está mal, así que con cruzar la calle se solucionó el olvido ^_^

El problema fue al leer la receta en cuestión... Abrí tan tranquila el libro (sí, también uso libros jajaja) para ver la potencia del horno y un par de cosillas más y de repente veo que, no sólo he olvidado un par de ingredientes importantes, si no que además sin darme cuenta me he equivocado al comprar otro... ¡lo que me faltaba! Y todo por no leer la etiqueta y ver que estaba donde no debía... aysssss

Y si son ingredientes sin importancia en la receta o son fácilmente sustituibles, pues no pasa nada. Pero es que me olvidé y erré ingredientes importantes... ¡necesito vacaciones! jajajaja

Así que, después de martirizar a toda la familia con mi pronunciación del Boeuf Bourguignon, resulta que no puedo hacerlo... ¿no os ha pasado alguna vez? Espero que sí o me sentiré más despistada de lo normal jajajaja

Ahora tengo carne de buey para guisar, un vino crianza (debía de ser joven), champiñones y zanahorias para crear algún guisito...

El Boeuf Bourguignon tendrá que esperar, pero llegará ^_^

Nos leemos pronto... ¡buenas cocinillas a todos! ^_^